114 Alicia Petrashova
Acababa de llegar a aquella ajetreada casa a medio construir que estaba llena de personas sonrientes. El calor sofocante y el olor a comida senegalesa inundaban la habitación. Pablo se encendía el primer cigarro de una noche que sería muy larga, como todas las que preceden al comienzo de una gran aventura.